De todo un poco

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viernes, 4 de abril de 2014

sábado, 22 de marzo de 2014

viernes, 17 de mayo de 2013

Echando raíces


La Asociación de Agricultura Ecológica La Olla del Bierzo organiza la II jornada del ciclo “Echando raíces: Encuentros con el mundo rural”, el próximo viernes 17 de mayo a las 19 h en la sala “Dosmilvacas.Arte” (Av. Astorga, 7  Ponferrada, León, Spain), contando en esta ocasión con la presencia de Manuel Canedo “Pachu”, agricultor ecológico de Quilós, que atesora una gran experiencia en la producción ecológica de hortícolas y sobre la vida en un pueblo de nuestra Comarca.


martes, 12 de marzo de 2013

Elpidio Valdés

 


Dibujos animados cubanos, graciosísimos...
Gracias a L.D. por pasárnoslos. Si vais a La Habana, no dejéis de llevar unos cómics a la Vitrina de Valonia, en la Plaza Vieja.



miércoles, 13 de febrero de 2013

Robert Wolcott defiende un nuevo paradigma vital


"Valores como el optimismo son los que nos harán crecer"

El principal freno al desarrollo económico, tanto en España como en otros países del sur de Europa, no viene impuesto por causas ajenas a nosotros mismos. Las responsabilidades se suelen diluir señalando a los mercados o los gobiernos que, lógicamente, manejan ciertas herramientas para enderezar la situación. Pero “si algo está diferenciando a las economías que siguen prosperando frente a las que se estancan, eso es la cultura”, junto a valores fundamentales como “el optimismo y la capacidad de superación”. Esta es la óptica, a caballo entre el humanismo y la economía, de Robert Wolcott, director ejecutivo de la Escuela de Negocios Kellogg de Estados Unidos y cofundador de la Kellogg Innovation Network, que ayer participó en un encuentro en Madrid sobre cómo recuperar la senda del crecimiento. Allí estuvieron presentes miembros del Gobierno, como Mariano Rajoy, Cristóbal Montoro o Dolores de Cospedal, así como representantes de las principales empresas del país.
Wolcott reduce las causas del actual contexto económico a un problema de mentalidad, según explica a El Confidencial. Desde su punto de vista, hemos sobreestimado el fracaso, un concepto que ni siquiera debería estar en el imaginario colectivo, bromea, pues dice no entenderlo más que “como un proceso de aprendizaje” que todos deberíamos experimentar. En España, continúa, “si intentas crear un negocio y no triunfas se dice que has fracasado y se te ve como una persona ‘non grata’. En cambio, si esto mismo te pasa en EEUU no tendrá connotaciones negativas, incluso lo resaltarás en tu currículum y los inversores o los empresarios lo tendrán en cuenta como positivo porque eso quiere decir que eres emprendedor, capaz de afrontar nuevos retos y con bagaje a tus espaldas”.
Los esquemas culturales determinan así la economía de todo un país, y aunque Wolcott reconoce las serias dificultades para modificarlos, no cree que sea una opción si realmente queremos recuperar la senda del desarrollo. El Gobierno es el principal actor para colocar estas nuevas bases, que según el ejecutivo norteamericano pasan por generar un nuevo ecosistema de la innovación, con un gabinete que asesore, facilite, e incluso financie a los emprendedores. Una especie de networkingque recupere el optimismo de los españoles y aproveche las potencialidades de la generación de jóvenes mejor formada de la historia y de los sectores tradicionalmente ventajosos del país. De lo contrario, advierte, “migrarán a Berlín, donde sí se está fomentando esta cultura del emprendimiento”.
Los rasgos culturales que determinan el éxito de una sociedad no son para Wolcott unas condiciones específicas de los emprendedores. En realidad son formas de enfrentarse a la vida que todos deberíamos potenciar, tanto en el terreno laboral como el humano. El economista norteamericano los sintetiza en tres puntos.
  • Apuesta por lo que crees. “Muchas veces se tiende a pensar que las personas que emprenden, innovan o invierten son amantes del riesgo, como si les gustase cruzar la calle por el medio de los coches o conducir por la autopista a 200 kilómetros por hora”, ironiza el norteamericano. “No se trata de eso, pero sí de decisiones que se suelen considerar un riesgo, como que alguien deje su puesto de trabajo para crear su propio negocio”, como suele ocurrir en España. “Si sabes ver una buena oportunidad tienes que apostar por ella. Entiendo que es una manera diferente de ver la vida, pero no comparto que sea un riesgo, sino una manera de buscar el éxito”. 
  • Supera tus propios límites. “La capacidad de superación es difícil porque desde pequeños, la mayoría de sistemas educativos te constriñen al subrayar nuestras propias limitaciones. Primero hay que poner encima de la mesa las metas y las oportunidades para, en segundo lugar, analizar las limitaciones con la intención de descubrir cómo superarlas”. 
  • Nunca dejes de cuestionarlo todo. “En base a mi propia experiencia he visto siempre esta misma característica en las personas que han triunfado. Todos ellos están siempre haciéndose preguntas para acabar planteándose cuestiones a las que otros nunca llegarían. Al final se trata de gente muy curiosa que, lógicamente, cuentan con un cierto nivel de optimismo” para materializar sus sueños.
Hacia un nuevo paradigma económico
Otra de las cuestiones fundamentales que defiende este economista norteamericano es que Internet y las nuevas tecnologías son la base de un nuevo paradigma económico, lleno de oportunidades, del que España no puede seguir manteniéndose al margen. Por un lado, cree que la crisis está siendo tan profunda por la incapacidad para adaptarse a este nuevo paradigma y, por otro, la salida será mucho más difícil si no se aprovechan las ventajas de la economía digital. “Empresario y políticos deben creerse que internet abarata los costes y ofrece muchas más posibilidades”.
A pesar del retraso acumulado, Wolcott entiende que nunca es tarde y que todavía se pueden aprovechar muy bien las posibilidades tecnológicas. “Es cierto que se parte con desventaja, pero al mismo tiempo, al empezar casi de cero el espectro de oportunidades es mucho mayor y la velocidad de crecimiento también. Al fin y al cabo no es tan negativo llegar tarde porque puedes aprender de cómo lo han hecho los demás”.
Al llegar a este punto, vuelve a incidir en su propuesta de aprovechar internet y la tecnología para desarrollar un ecosistema de innovación y, de esta manera, estimular el crecimiento económico en España. “Definitivamente, si se crea esta estructura, la gente se animará a emprender y a innovar, al tiempo de que las oportunidades se seguirán abriendo de manera exponencial”. De lo contrario, deduce que la evolución del país nunca será posible y no ahorra en exageradas comparaciones para visualizar el suicidio colectivo que supondría: “Que España no crea en internet es como si los Reyes Católicos no hubiesen apostado por Cristóbal Colon”.


lunes, 19 de noviembre de 2012

#redflexion


Cómo hacer jabón en casa

Lugar:
Granja Escuela Cando, Corullón
Programación
Sábado 24 de Noviembre
10:00 a 12:00 horas
Presentación.
Jabón con aceite de fritura.
Jabones cosméticos con aceite de oliva virgen y otros aceites vegetales.
Descanso
12:30 a 14:00 horas
Pomadas medicinales y cremas hidratantes.
Bálsamo labial.
Sales de baño.
Bombas de baño.
Inscripción
El coste del curso es de 20€ material incluido.
Es imprescindible la inscripción y abono de esta cantidad para poder realizar el curso.
Ponerse en contacto a través del mail: escuela@granjacando.com o en el teléfono: 987 540 821

 
www.granjacando.com/granjaescuelacando/?p=1549

Meredith Haaf


viernes, 10 de agosto de 2012

España es un país mediocre


España, un país mediocre.
Quizás ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica; va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo. Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas urgentes o una huelga general. Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.
Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente. Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Porque son de los nuestros.
Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.
Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente basura.
Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un presidente que hablara inglés o tuviera mínimos conocimientos sobre política internacional.
Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir incluso a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo trece veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.
Mediocre es un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro que sin embargo encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas.
Es mediocre un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada.
Un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que se insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.
Vargas Llosa
de su libro “La civilización del espectáculo”